El amor, la muerte y otros vicios

Por Gonzalo Márquez Cristo

«¿Qué es lo que me ata al sol?
Al reposo del mar, a convivir
con las cosas más pobres de la tierra?»

Con esta antología realizada y traducida por Montserrat Gibert a partir de la extensa obra poética de Casimiro de Brito, la Colección Los Conjurados (Común Presencia Editores) rinde homenaje a la palabra en su límite, al vocablo de agua o viento, es decir al silencio.

El autor portugués, una de las voces más reconocidas y traducidas de la poesía contemporánea, obstinado en traer de la muerte la luz de la infancia, se entrega aquí a las latencias de su universo verbal, al sueño como destrucción, al destello subterráneo del ardor, a la sombra azul del árbol que viaja en la memoria...

El amor o sus exilios, el lenguaje del mar, la tierra estremecida y la palabra final del fuego, hallan el rumbo de su respiración poética. El autor emprende la conquista de la obra erosiva de la ausencia, de la música del deseo, de los oficios del dolor, y encuentra su testimonio y también su crítica: la afirmación solar de una palabra fundadora.
Libro de las caídas pero también escritura de la resistencia interior, canto del caos o canción del hundimiento, pero invitación a una contienda en lo invisible que no se resigna al apocalipsis. Y porque «otro deseo / no tiene la carne / que no sea la muerte», el poeta pareciera convidar a los portadores de luz para transitar por estas páginas donde la vida es una caída horizontal (Cocteau), los cuerpos un río de signos, y donde los dioses renacen desde el miedo.