Libertad

Por Romain Rolland
Pacifista reconocido y dueño de una fina sensibilidad, Romain Rolland, Premio Nobel de literatura en 1915, escribió, al lado de sus novelas y obras de ficción, columnas periodísticas en las que trató de fiscalizar los yerros y las atrocidades de distintos momentos de la historia europea de comienzos del siglo XX. Curiosamente algunas de ellas, como la que reproducimos a continuación, servirían perfectamente para retratar el momento presente. Otro confabulador clásico.

Esta guerra nos ha mostrado cuán frágiles eran los tesoros de nuestra civilización. De todos nuestros bienes, aquel del cual más orgullosos estábamos ha demostrado ser el menos resistente: la libertad. Siglos de sacrificios, de pacientes esfuerzos, de sufrimiento, de heroísmo y de fe obstinada, la habían conquistado poco a poco; respirábamos su soplo de oro; nos parecía tan natural gozar de ella, como de la gran oleada de aire que pasa por la tierra y baña todos los pechos... bastaron unos días, unos pocos, para retirarnos esa joya de la vida; bastaron unas horas para que por toda la tierra una red aplastadora se extendiera sobre el estremecimiento de las alas de la libertad. Los pueblos la han entregado. Y aún más: han aplaudido su propia servidumbre. Y hemos vuelto a aprender la propia verdad: “Nada está realmente conquistado. Todos los bienes de este mundo no valen lo que ese don. Los lacayos de tu opinión, los cortesanos del éxito, no nos lo disputan. Y te seguiremos, Cristo de los ultrajes, con la frente alta: sabemos que resucitarás de tu tumba”.