Entrevista a Salud Hernández

“Colombia se jodió en 1492”
Periodista española que ha dedicado sus últimos años a diseccionar la realidad colombiana, afrontándola con una hondura que ya quisieran muchos comunicadores nacionales. Llegó a Colombia para quedarse. Incisiva, es una de las voces inquietantes de la prensa escrita, y ha puesto el dedo en la llaga en numerosos temas, que van desde el paramilitarismo a la corrupción, y de los políticos y la guerrilla a las mujeres de Pereira. La siguiente es una Entrevista exclusiva para Con-fabulación.

Usted ha viajado de manera incesante por una Colombia tan desconocida y dolorosa como verdadera. ¿Qué importancia tendría despertar la voz de esa Colombia?

Si la gente despertara, el país sería otro. No permitirían la corrupción, no agacharían la cabeza frente a los violentos, exigirían sus derechos. En fin, sería otro país.

¿Los Medios de comunicación colombianos, son testigos de excepción o cómplices de primera línea?

Son testigos y pecadores por omisión. A veces, también cómplices, pero no nos denunciamos entre nosotros, miramos para otro lado.

¿Cómo definiría usted a la clase política colombiana?

Como corrupta por acción u omisión. Existen unos buenos, que los hay, pero son demasiado pocos.

Al término del mandato de Uribe, ¿cómo quedará Colombia?

Mejor en unos aspectos, como la recuperación de la confianza en el país, igual en otros, como la pobreza, la falta de valores, la corrupción, que no ha combatido con fuerza. Por tanto, habrá desperdiciado su inmenso poder y capacidad de convicción para cambiar el país de raíz.

¿Usted ha recibido amenazas, chantajes, extorsiones o “insinuaciones amables” para cambiar su visión de la realidad colombiana?

Nunca hablo de eso.

En Colombia los editores de los grandes periódicos saltan a los ministerios o a la vice-presidencia. ¿Cómo analiza esa vinculación del poder y la prensa?

No es buena porque genera desconfianzas, falta de credibilidad, además, no puedo entender cómo a los periodistas les gusta tanto la política que es rastrera, sucia, traicionera.

En sus años de permanencia en Colombia ¿cual fue el momento más esperanzador y cual el más complicado y dramático?

Esperanzador, cuando el proceso del Caguán, cuando las primeras desmovilizaciones paracas. Todos eso se volvió dramático en cuanto supimos que eran falacias. Complicado ya no me parece nada porque las crisis duran 24 horas y dramáticos infinidad de hechos: cada asalto a poblaciones que lo arrasaban todo, las masacres, los secuestros, el terremoto de Armenia, Bojayá…

¿Cómo ve la libertad de prensa en un país como el nuestro?

Hay libertad en Bogotá, Medellín y Cali. Y autocensura en provincias pequeñas. Si los medios no se hubieran callado, el paramilitarismo, por ejemplo, no habría crecido tanto.

Parafraseando a Vargas Llosa: ¿en qué momento se jodió Colombia?

En 1492, en la Independencia, en la Guerra de los mil días, en la violencia, en las presidencias de López Michelsen en adelante, cada día, no sé, creo que siempre ha estado jodida.

Para rematar, usted cree en el castigo divino?

No creo más que en el de arriba y no pienso que nos castigue con el infierno. No cabríamos.