Julio Ortega contra Bogotá 39

En Colombia, a falta de una mejor literatura se están prodigando las escenas de protagonismo: el sueño del congreso propio está reemplazando a la buena escritura, y la plaza pública es aquí la pantalla de televisión. La primera pregunta que debe plantearse este encuentro es sobre los mecanismos de su propia producción: ya el título es abusivo, no se trata de “la literatura latinoamericana” sino de la narrativa (la poesía está ausente). Luego, el criterio es dudoso: ¿por qué menores de 39 y no de 40? Estas ferias amenazan con convertirse en otro modo de prolongar la juventud. Pero después de los 35 años y varios libros, premios y becas, un escritor es ya un ciudadano de la república de las letras, y debería, democráticamente, ceder su lugar. Es ligeramente patético representarse como joven sin conciencia del relevo. Por lo demás, están ausentes varios de los más prometedores.