La ópera flotante de John Barth

Por José Chalarca

Es la primera novela del escritor estadounidense John Barth, nacido en Maryland en 1930. Publicada en 1957, cuando su autor tenía 27 años, se inscribe de inmediato en la lista de las grandes novelas norteamericanas del siglo XX.

La acción se sitúa en los años veinte y la narra en primera persona su protagonista, personaje que desde su más temprana edad vive bajo la amenaza de muerte súbita a causa de la cardiopatía que lo afecta. Esta circunstancia lo predispone a vivir cada segundo de su existencia como si fuera el último y le lleva a redactar una carta dirigida al padre con quien no se entiende en la que trata de descifrar las razones de ese desentendimiento, misiva que nunca envía porque su progenitor, antes de que la concluya, se ahorca con el cinturón de sus pantalones. Esa misma voluntad de goce le lleva a aceptar un menage a trois con una joven pareja conformada por ricos herederos que ante la confesión de su virginidad, ofrecen sacarlo de esa excepción vergonzosa.

El tono en que está compuesta esta novela de Barth es el de un humor negro, corrosivo y no obstante que Maryland está lejos del sur legendario, en los cuadros de comedia que la conforman, se respira el clima cálido y húmedo de las vecindades del Missisipi.

Barth es autor, además, de las novelas Quimera, El fin del camino y Perdido en la casa del placer, entre otras y se confiesa admirador y discípulo de Borges, Nabokov y Beckett. Recibió, en 1972, el Premio Nacional del Libro.